El Tamariz o Tamarix (Tamarix gallica) es una especie más bien arbustiva aunque en ocasiones alcanza un cierto porte arbóreo.
Poco antes de llegar al Vedado de Peñaflor pueden verse unos grupos de Tarays junto al camino que se aprovechan del permanente encharcamiento de esta zona y muchos ejemplares han adquirido un descomunal tamaño con el paso de los años. Algunos troncos se abarcan solo con brazos largos o entre dos personas, y eso para un tamariz es desproporcionado.
Merece la pena ir a verlos porque además forman un bosquete muy tupido y húmedo que da impresión de pertenecer a otros lugares no tan áridos como los pinares y estepas de Peñaflor. Habita zonas húmedas como sotos, riberas y carrizales y es usado en jardinería por su resistencia a los vientos, las bajas temperaturas y las heladas, medrando además en suelos pobres y salinos. Crece rápido y se cubre de flores rosas en verano, dando un gran colorido a los ríos.
Por cierto, los Tamarices jóvenes aguantan largas temporadas sumergidos bajo el agua si el río está de crecida. También tienen gran capacidad regenerativa y ramas rotas que son arrastradas por la corriente pueden echar raíces si aterrizan luego en una orilla tranquila. Se trata de una planta que suda bastante para seguir en pie y los individuos de Peñaflor son los abuelos de la especie en Aragón.