La imagen no está equivocada, se trata de un bloque de pisos aunque con una particularidad muy especial…no vive gente en el. Sus habitantes tienen el tamaño justo para poder introducirse en sus grietas y cavidades. En los huecos más pequeños se instalan insectos como avispas solitarias o abejorros (Vespa crabro), aunque sería raro encontrar una pared como esta sin su correspondiente avispero. Las hormigas también se sienten atraidas por este tipo de construcciones y en caso de existir hormiguero en algún resquicio de la pared lo podemos descubrir si vemos una hilera de obreras subiendo por ella.
Periódicamente las hembras producidas en la colonia escogen un día propicio para el vuelo y salen todas a la vez para dispersarse y fundar nuevos hormigueros. En estos momentos la pared se llena de hormigas aladas que despegan con bastante torpeza, siendo pasto muchas de ellas de pájaros y otros animales que aprovechan la ocasión, ya que lo que para comunidad de las hormigas es un gran acontecimiento para ellos se trata de un gran festín.
Refugiadas durante el día en el muro, salen a recorrerlo en busca de insectos con los que alimentarse las Salamanquesas (Tarentola mauritanica). Durante el día son sus primas las lagartijas (Podarcis hispanica) las que patrullan la pered devorando insectos.
Este peculiar ecosistema incluye muchas otras especies de artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos, cienpies y milpies), pero también otros animales de mayor tamaño pasan parte de su vida ligados a estas paredes. Los murciélagos pueden usar grietas de suficiente tamaño como tranquila guarida diurna y aves como el Gorrión Común (Passer domesticus) o el Estornino Negro (Sturnus unicolor), más conocido como Tordo, anidan muchas veces bajo las tejas de la azotea de este curiosos bloque de pisos. Incluso a propósito, sería dificil que un arquitectos diseñase un edificio más efectivo para atraer fauna que la tradicional casica de ladrillo visto.