Publicado el Deja un comentario

Balsetes del secano

Los agricultores que cultivan en el secano sueñan con abundantes lluvias ya que estas son la única forma de que se rieguen sus campos. Charcos como el de la imagen se denominan balsas, o balsetes los más pequeños, y son utilizados por el ganado ovino para abrevar en sus calurosas jornadas veraniegas. Los ganaderos también sueñan con la lluvia para no tener que traer agua en cisternas y que sus paseos con las ovejas sean más cómodos.

El fondo de la balsa suele ser una capa de arcillas bastante impermeable o roca sin fisuras. Algunos balsetes se crean de forma natural en zonas bajas, aunque si interesan a algún pastor se acondiciona el terreno para que capten más agua y se mantienen limpios para que no se colapsen por un excesivo aporte de sedimentos. A veces se excavan para ampliar su capacidad pero se corre el riesgo de romper la impermeabilidad de la base y que no vuelvan a llenarse. La avaricia rompe el saco.

Según en que zona puedes encontrar uno cada pocos kilómetros o recorrer muchos sin ver ni tan si quiera uno seco. Los mejores son los que resisten el verano con agua, pero esos son sólo unos pocos y no necesariamente los más grandes, si no los que están mejor protegidos de los rayos del sol o mejor impermeabilizados.

Para la fauna del secano y las estepas que muchas veces se mezclan con este hábitat pseudohumanizado, los balsetes son de una importancia tremenda. Los anfibios no pueden completar su ciclo vital y por lo tanto reproducirse, si no disponen de algunos balsetes con agua durante la primavera. Para el resto de animales, que la necesitan para beber, se convierte en el factor limitante por excelencia.

El balsete de la imagen, en el secano de Alfamén, lo visito siempre que quiero ver Ganga Ortega (Pterocles orientalis), ya que se congregan para beber todos los días y casi a las mismas horas. Además acuden otras muchas especies de la avifauna de estos parajes. Vienen a beber desde el Verdecillo (Serinus serinus) hasta el Aguila Real (Aquila chrysaetos), aunque el primero seguramente prefiera no coincidir con su primo mayor.

Si lo que ves en la imagen te ha parecido un despreciable charco, espero que a partir de ahora lo veas con otros ojos. En el monte no hay grifos y allí el agua vale más que la gasolina o el aceite de oliva.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.