No se si recordais o habeis leído el post del pasado día 12 sobre moluscos en el Canal Imperial de Aragón. Ese día me traje a casa un lote de cinco Mejillones cebra (Dreissena polymorpha) vivos. Cierto que tres de ellos llegaron con el biso desgarrado pero otros dos viajaron con la piedra a la que se habían fijado. En todo caso los cinco estaban vivos cuando los introduje en uno de mis acuarios.
No esperaba grandes sorpresas de estos moluscos y quería ver si eran capaces de trabajar como filtros biológicos. Sin embargo, al cabo de unos 20 minutos observé que todos los caracoles acuáticos de ese acuario estaban sobre los mejillones o se acercaban hacia su posición como si fuera un punto de encuentro masivo.
Al principio pensé que habrían olisqueado algo en las conchas de estos mejillones de agua dulce pero me llamó la atención la insistencia de algunos Planorbis que parecían querer separar las valvas y penetrar al interior. Los cebra opusieron resitencia pero al rato se les colaron unas diminutas Physa que quedaron atascadas entre las dos valvas pero evitando que los cebra pudieran cerrarse del todo.
Varios días después lo único que queda de los Mejillones cebra son sus conchas totalmente abiertas y limpias por dentro. El agua del acuario de 15 litros tiene mucha turbidez pero en ningún momento ha llegado a oler por la rapidez de las caracolas en despejar la carroña.
Que las caracolas acosaron y devoraron a los mejillones es algo que está claro. Sobre lo que tengo dudas es si fueron realmente las caracolas quienes mataron a los mejillones. Para dilucidar esta cuestión tendré que conseguir otro lote de cebras y hacer dos grupos separados por un metacrilato en el mismo acuario. La diferencia es que en una de las zonas habrá una manada de hambrientas caracolas de los géneros Planorbis y Physa.