
Una Salamanquesa Rosada (Hemidactylus turcicus) asomándose desde su escondite habitual, una piedra. Esta salamanquesa es mucho más pequeña que su colega la Tarentola mauritanica y también de distribución más desconocida y escasa. Son muy característicos sus ejemplares juveniles a los que se les transparenta tanto la piel de la tripa que se les pueden distinguir órganos vitales y venas.