Existen tres maneras de determinar la edad de un árbol. La técnica de datación del carbono 14 es una de ellas pero está fuera del alcance del común de los mortales.
En las zonas de la tierra con clima templado donde existen estaciones marcadas, el crecimiento de los árboles varía entre la estación cálida y la fría. Esto genera un anillo de crecimiento ancho y de color claro en la estación cálida y otro mucho más estrecho y de color oscuro durante el invierno.
Contando los anillos puede determinarse la edad del árbol. No hace falta talar la planta para contar los anillos, ya que se pueden extraer barrenos del tronco.
Este método de contar anillos no puede usarse en climas tropicales ya que los árboles crecen de forma continuada y no presentan anillos de crecimiento marcados. En estos casos se usan estimaciones observando la velocidad de crecimiento del árbol.
La dendrocronología es la ciencia que estudia los anillos de los árboles para conocer el pasado. Se conocen árboles de hasta 5.000 años de edad y del estudio de sus anillos de crecimiento se pueden obtener series que pueden relacionarse con procesos hidrológicos, geomorfológicos y climatológicos.
El trozo de madera de la imagen mide unos 10 centímetros de diámetro y pertenece a una sabina albar que murió el año pasado en el monte de Pina. La edad estimada de esta ramita es de unos 70 años.
Si os fijáis el centro del tronco está desplazado a la derecha de la imagen. Esto se debe a las tensiones producidas por los vientos dominantes y a la búsqueda del equilibrio por parte del árbol, que desea crecer recto.
Otros factores que causan esta diferencia en los anillos son la pendiente y la disponibilidad de luz.