
De este bosquete de olmos (Ulmus minor) en una huerta abandonada hace más de 40 años ,destaca un gran ejemplar de más de 20 metros y 200 centímetros de perímetro.

Como muchos de sus vecinos, estaba muy recubierto por hiedras que amenazaban con colonizar su copa. La hiedra fue talada desde abajo y con el paso de los años las ramas muy secas y sin peso fueron cayendo troceadas y la copa quedó limpia.

El ejemplar mostraba gran vigor hasta el año pasado que apareció un brote de graciosos que mato y daño varios ejemplares cercanos.
Ahora tiene muchas ramas secas colgadas y hasta la primavera no podrá verse el alcance de los daños. Los pies secos se están talando y quemando para evitar la propagación del hongo de la grafiosis y los escarabajos barrenadores que la dispersan.

La base del tronco en perfecto estado con enormes raíces de anclaje.
Estos olmos proceden de semillas y rebrotes de raíz de una antigua alineación talada hace 40 años en la parcela de al lado.
Los nuevos rebrotes de raíz comenzaron a aparecer el verano pasado en la base de los primeros ejemplares que secaron por la grafiosis.
A pesar de todo muchas raíces permanecen vivas y alimentan nuevas generaciones de clones, que serán susceptibles de contraer grafiosis al alcanzar un determinado grosor.