
A finales de invierno el estanque del huerto se ha convertido en una inmunda ciénaga, así que toca limpieza antes de que las plantas despierten y se pongan a crecer.

Hay que vaciar los 3000 litros de agua del estanque despacio e ir capturando a las carpas rojas (Carassius auratus) que son reubicadas en dos depósitos de 1000 litros.

Ha habido interesantes nacimientos como el de esta carpa roja variedad Shubunkin. En total sobreviven al invierno 6 carpas adultas y 70 de las cerca de 400 que pudieron nacer durante 2019.
Es una especie muy prolífica que tiende a saturar pronto el espacio disponible si no existen depredadores naturales.

Los lirios acuáticos lucen así recién vaciado el estanque. Las macetas están llenas de raíz su que pueden seguir viviendo en estos contenedores sumergidos.

Simplemente se elimina lo que rebosa de raíz y las partes marchitas que generarán fangos si se acumulan en el fondo del estanque.

Una vez arregladas las plantas se colocan en el estanque y se llena de nuevo. En esta ocasión las carpas rojas no van a ser de nuevo liberadas ya que se pretende animar a un pequeño contingente de ranas a reproducirse aquí. Los peces depredan fácilmente sobre los renacuajos.