
Hace unos cuantos años que observo este platanero, desde que me fijé en un tocón talado a ras de suelo con cuatro chupones finos y largos entrelazados a medio metro para soportarse unos a otros.

Acabaron por fusionarse de manera muy interesante (anastomosis) y formar una estructura sólida con una copa única muy compacta.
De un individuo inicial aparecieron cuatro nuevos pies independientes compartiendo sistema radicular tan cerca que han vuelto a unirse en un único pie.
La ayuda humana ha sido providencial pues alguien decidió preparar, mantener y esperar hasta el resultado actual. Desconozco los motivos de la tala del pie original, de unos 35 cm de diámetro de tronco en la base.
Yo no hubiera apostado por semejante reconstrucción pero esta especie posee gran capacidad de seguir creciendo en las condiciones más desfavorables y con grandes heridas o mutilaciones.

En pocos años podría dejar de verse el tocón de la base y pocos podrían entender las cicatrices del tronco y su extraña forma. Torsión por exposición a fuertes vientos o grietas de helada recubiertas por el labio cicatricial, podría proponer un arboricultor o conocedor del desarrollo de un árbol.
La sección de su tronco formaría un curioso patrón de anillos de crecimiento, con 4 anillos interiores independientes rodeados por un gran anillo en el perímetro exterior a partir de los diez años.
Espero nunca ver esa sección y que sean las termitas y los escarabajos los que acaben con la madera en un futuro muy lejano.